Concierto de Sons Of Apollo en Islington Assembly Hall, Londres. Viernes 28 de septiembre de 2018.





Una noche especial vio brillar a los hijos de Apolo sobre las tablas del escenario del Islington Assembly Hall de Londres. Se trata de una gran formación compuesta por músicos experimentados que ha sido nombrada como un Supergrupo. 


Nadie dudaba de la profundidad y la amplitud de la experiencia de cada uno de los cinco miembros de la banda, por lo que fácilmente podrían llamarse un supergrupo a los hijos del Dios apolinio. La fuerza y la magnitud que la formación demostró al caminar sobre el escenario, era palpable desde el principio.


Jeff Scott Soto, con una sonrisa constante de oreja a oreja, se involucró inmediatamente con los fans antes de que la banda se lanzara a plasmar un "God of the Sun", para continuar clavando a la perfección su single actual "Signs of the Time", y luego presentar, de manera magistral, "Divine addiction".






Soto, Thal, Sheehan, Portnoy y Sherinian, interactuaron entre ellos y jugaron con la audiencia como si se tratase de una divertida reunión familiar en la que alguien sale a tocar una canción, uno toma una guitarra, otro se pone a tocar los palos en la batería, aparece un teclista o un bajista, y todos se reunen para disfrutar un poco ¡ Sobrepasando el templo del Olimpo de los Dioses!


La primera versión de la noche fue un tema de Dream Theater,“Just let me breathe”, después, se encendería la mecha en "Labyrinth", que contó con una increíble introducción a los mandos del bajo de Sheehan.






Antes de que la banda se metiera en "Lost in Oblivion", Billy Sheehan, realmente rompió su bajo con sus dedos crepitantes. Es difícil describir su rendimiento sin utilizar las palabras divino o apoteosis, y quedó demostrado; por sus ejecuciones en los solos de bajo, donde domina varias técnicas y estilos, por lo que no es de extrañar que haya sido reconocido cinco veces como el "mejor bajista de rock" por la revista Guitar Player .


Jeff Scott Soto se marcó a cantar algo inesperado y realmente grandilocuente, hizo un Freddie Mercury completo con la audiencia, a través de "The Prophet Song", y el público lo lamió por completo. Luego, la audiencia se uniría amorosamente a Jeff para cantar "Save Me" de Queen.






A continuación, Ron "Bumblefoot" Thal, se encargaría de conducir el set hacia adelante con "Alive". A modo de celebración de su reciente cumpleaños, éste se marcó una divertida y humorística versión del conocido tema "The Pink Panther" de Henry Mancini. 






De vuelta a bordo, continuaron el show con "Opus Maximus", antes de que Derek Sherinian iluminara el escenario con el dominio estelar e hipnotizante de sus teclados. En ese momento, llegó el turno de otra versión de Dream Theater, transportando al público hacia la normalidad del rock and roll con "Lines in the Sand", para rematar la faena con un bis de la versión de Van Halen, "And the cradle will rock", y terminar con "Coming home"; donde la magia no dejó de cesar en el momento en que Bumblefoot arrebató el micrófono a Jeff, quien demostró un gran poderío magistral a capela, dejando a la aundiencia ensimismada y sin palabras.


La actitud abierta y amistosa de cada miembro de la banda aumentó la experiencia. Jeff charlando con el público, incluso bajando del escenario para cantar dentro de la multitud, creó una escena muy íntima y personal. 






De la destreza de cada miembro de la banda, no solo fueron testigos el público en general, sino también, conocidos músicos dentro del panorama musical inglés con los que tuvimos la oportunidad de intercambiar experiencias y opiniones para llegar a la  misma conclusión: "Un show que alcanzó proporciones épicas". 



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