Guadalquivir. Camino del Concierto (EMI, 1980).




Por mucho que la lluvia siga depositando helada humedad sobre la pólvora mojada, en esta presente tarde de un Domingo de cielo de cemento que amenaza agua, una de las diversas opciones en busca del placer de la escucha, es recordar a los inmortales Guadalquivir, quienes afortunadamente junto con otros muchos fenómenos musicales, surgidos desde mediados setenta en Andalucía, representaron un movimiento cultural que en tiempos pretéritos y actuales, sólo un tercio de consumidores de talento descolgados de un país sin carácter, ha reconocido. 


¿Guadalquivir procedentes del Rock Andaluz, y el Rock Andaluz puede definirse como gran exponente de una parte de la cultura sonora de este país? Es cierto que los adjetivos y las etiquetas definen, pero también limitan. El adjetivo describe en ocasiones construyendo una realidad que no es física, sino emocional. Ayudan a comprender cómo asimilar una parte del conjunto para asimilarla. 


Obviamente, la mayor parte de músicos de cualquier estilo al que nos remitamos ubicándolo en cualquier época, comienzan copiando a aquellos que les precedieron y les trazaron el camino a seguir. Y esto sucede en el Rock, ¿Que chaval en España, de finales de los años 60 y primeros de los 70, iniciándose en un instrumento, no quería formar una banda con otros compañeros afines, para oler a Frank Zappa, Hendrix, Pink Floyd, Mahavishnu Orchestra o Soft Machine? Pero si hablamos de Andalucía, por las venas de aquellos chavales, corría con fluidez el ADN de La Niña De Los Peines, Antonio Mairena, Juan Talega, Parrete o Manuel Torre o Bernarda de Utrera, entre otros. Todo esto, en cierta manera, fue introducido en una coctelera cuya agitación provocó un fenómeno musical que sirvió como tentadora carne fresca para las ineludibles mandíbulas del crítico musical que, haciendo alarde del cliché, como norma básica de la pluma del despropósito, lo denominó Rock Andaluz. 


En esta tarde de Domingo, volver a escuchar sin dejar de aprender tras haber digerido durante décadas a Guadalquivir, es algo mucho más que placentero. A pesar de que sólo los músicos Andrés Olaegui y el entrañable “Manglis” eran sevillanos y los dos únicos miembros andaluces de esta gran banda que tomó forma en Madrid, pero que a pesar de su efervescente influencia de Jazz contemporáneo, nunca renegó del uso de ritmos relacionados con el flamenco, especialmente la bulería y la rumba. Del desarrollo de solos de guitarra con presencia de fraseos y melismas aflamencados, y quienes, a su vez, aplicaron como recurso a iconografía, imágenes y mitología "andaluza" en sus temas y títulos.


Corría el año 1980 cuando Guadalquivir, a través del sello EMI, (y sin ser una formación especialmente mimada por el dominio de su lenguaje musical e instrumental) editaba “Camino del Concierto”. Este segundo disco, presenta destacadas colaboraciones como las de Josep Mas Kitflus (teclista de Iceberg), Diego Carrasco, Manolito Soler, Talegón de Córdoba y Tito Duarte, entre otros. Tras finalizar la gira de este disco, en 1981, Luis Cobo Manglis, abandona el grupo muy a su pesar, por divergencias con algunos miembros de la banda, y emprende una etapa en solitario fundando la banda Manglis con la que grabará dos discos (‘Escalera al Cielo’ y ‘Dandy’); a su vez, Triana lo requiere como guitarrista, entre 1981 y 1983, hasta el fatal accidente que le costó la vida a Jesús de la Rosa y el final de la etapa de Triana.




Tracklist:


  1. Camino del concierto
  2. Ostalinda
  3. Flor del almendro
  4. Esclavos de la belleza
  5. Cartuja
  6. 121 Hormigas
  7. El vuelo de una lágrima
  8. Noche de verbena


Miembros y artistas colaboradores:


Los líderes de la banda fueron sus guitarristas, Luis Cobo (más conocido como “Manglis”) y Andrés Olaegui. El resto de la formación estaba compuesta por Pedro Ontiveros (saxo soprano, saxo alto y flauta) , Jaime Casado (bajo) y Larry Martín (batería).


En este disco colaboraron, además de Kitflus, Tito Duarte (saxo tenor), Diego Carrasco (guitarra flamenca) y Pedro Ruy Blas (bongos), entre otros artistas.


La grabación fue realizada en los Estudios Eurosonic, de Madrid, por el ingeniero Pepe Loeches, con arreglos y producción musical de Guadalquivir.



                



FUENTE:

El loco de la granja.
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Luis Art-Naldo Álvarez

La Granja Del Loco Recording Studio

Progsitive Records



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